Ya que nuestros gatos se han adaptado para estar con nosotros en casa, por que no darles un capricho adaptando nuestras casas... se divertirán, sacarán ese lado salvaje y curioso que tienen, y les servirá como vía de escape.
No hace falta ser un gran ingeniero para hacerles un rincón en las alturas. Un ejemplo sencillo, un cesto de mimbre colgado de la pared, desde donde nuestro gato se sentirá resguardado y seguro.
Para un gato, una habitación es un espacio lleno de cosas sobre las que subirse y desde las que saltar. Y es que un gato que puede observar su entorno desde las alturas es un gato seguro y confiado.
La altura para tu gato la puedes conseguir mediante rascadores altos con varias plataformas, estanterías, trepadores que les permitan llegar hasta zonas altas, aprovechando la zona superior de otros muebles… Para y observa ese cuarto de tu casa, míralo desde la perspectiva de un gato, seguro que ya puedes ver algún que otro espacio desaprovechado.
Para diseñar el mobiliario gatuno de tu casa, asegúrate que todos los recorridos posibles (en suelo o en altura) son circulares, es decir, que ahí donde el gato pueda entrar, también pueda encontrar una forma de salir si algo o alguien bloquea la entrada. Para diseñar estos “circuitos” ten en cuenta que un gato puede saltar hacia arriba, saltar hacia abajo, trepar (sólo hacia arriba), y subir y bajar escaleras o plataformas. Las superficies de las pasarelas o de las estanterías han de estar forradas con algún tejido para que sea menos resbaladizo y les ofrezca a nuestros gatos seguridad.
Y por supuesto, importante que seas capaz de alcanzar a tu gato en cualquier sitio donde pueda estar. Él debe sentirse seguro, pero tú debes tener siempre el control.
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